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Hasta hace cosa de un siglo, imperaban estrictas normas de educación; nadie se sentaba a la mesa antes que el padre, nadie hablaba sin permiso del padre, nadie se levantaba si el padre no se había levantado antes, por algo era el padre.
Todo empezó a cambiar hace unas siete décadas, cuando el padre dejó de ser padre y se convirtió en papá.
El mero sustantivo era ya una derrota. Padre es una palabra sólida, imponente; papá es un apelativo para osito de felpa, da demasiada confianza. Papá es una invitación al infame tuteo y el hijo se sintió autorizado para protestar.
A diferencia del padre, el papá era tolerante.
El papá marcó un acercamiento generacional muy importante, algo que el padre desaconsejaba por completo.
Papá seguía siendo la autoridad de la casa, pero una autoridad bastante maltrecha. Era un tipo querido: lavaba, planchaba, cocinaba y, además, se le podía pedir consejo o también dinero prestado.
Y entonces vino papi...
Papi es un invento reciente de los últimos 20 ó 25 años. Descendiente menguado y raquítico de padre y de papá, ya ni siquiera se le consulta ni se le pregunta nada, simplemente se le notifica.
No sé qué seguirá después de papi, supongo que la esclavitud o el destierro definitivo.
Yo estoy aterrada, empiezo a oir llamar "pa"...!
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Mar
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