Llegaron a la habitación jadeando, él comenzó a quitarla la ropa despacio e impaciente, botón a botón hasta llegar a la piel...
Pasaron minutos de éxtasis, de caricias generosas, de susurros insolentes y provocadores...
Después, mientras él se fumaba un cigarillo, ella se ataba con dificultad su blusa despacio y aún temblorosa...
MORALEJA:
"Cuando estás jodido, nadie te ayuda y cuando alguien te ayuda, es que te va a joder"
Mar